lunes, 6 de mayo de 2013

UN FARO EN EL DESIERTO

Este era un hombre que se puso a construir un faro en medio del desierto.
Todos se burlaban de él y lo llamaban loco. ¿ A qué un faro en medio
del desierto? El hombre no hacía caso y seguía, callado, su labor.
Un día por fin acabó el faro. En la noche sin luna y sin estrellas el
espléndido rayo empezó a girar en las tinieblas del aire, como si la vía
láctea se hubiera convertido en carrusel.
Y sucedió que en el momento que el faro comenzó a dar su luz, surgió de pronto en el
desierto un mar, y hubo en el mar buques trasatlánticos, y vuelos de
submarinos de ballenas, y puertos con mercaderes de Venecia, y piratas
de barba roja, y holandeses errantes, y sirenas.
Todos se asombraron, menos el constructor del faro. Sabía él que si alguien
enciende una luz en medio de la oscuridad, al brillo de esa luz surgirán... muchas maravillas.